Por ACFIMAN
23 de junio de 2023
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PREMIOS
De colección escolar a referencia nacional: Museo de Historia Natural La Salle recibe el Premio Luis y Juli Carbonell 2023
El reconocimiento fue entregado como parte de las actividades conmemorativas del centésimo sexto aniversario de la ACFIMAN
Lo que empezó como una actividad extracurricular en la que participaban -de manera voluntaria y sin ánimo de lucro- tanto estudiantes de colegios y universitarios como profesionales de Caracas, terminó convirtiéndose en uno de los grandes custodios del patrimonio biológico nacional. Nos referimos al Museo de Historia Natural La Salle (MHNLS), reconocido este año con el Premio Luis y Juli Carbonell de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN).
El acto de entrega del galardón forma parte de las actividades conmemorativas del centésimo sexto aniversario de la Academia, que se celebró el pasado 19 de junio (1917-2023). En representación del MHNLS, recibieron el Premio su director, el doctor Ramón Varela; el Hermano Iñaki Seín, adscrito al Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas – La Salle, además de fundador y miembro del directorio de la Fundación La Salle; y el doctor Óscar Lasso-Alcalá, investigador y curador de la Colección de Peces del MHNLS.
“Se premia la excelencia, la grandeza de valores y aportes; se premia el trabajo productivo de conservar la biodiversidad y el ambiente”. Con estas palabras, el doctor Ismardo Bonalde, presidente de la ACFIMAN, se refirió al Museo, creado en 1940 dentro de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle y del que, más adelante, surgirían otras organizaciones. Tal fue el caso de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales en 1957 y el Instituto Caribe de Antropología y Sociología (ICAS) en 1961.

Ismardo Bonalde, presidente de la ACFIMAN
“Lasaliano” desde muy joven
El doctor Claudio Bifano, Individuo de Número (Sillón IV) de la ACFIMAN y presidente de la Academia de Ciencias de América Latina, esbozó brevemente la vida y obra de Luis Manuel Carbonell Parra (1924-2015) y de su esposa Julieta (Juli) Salas de Carbonell (1939-2021), a quienes les rinde tributo este premio homónimo.
Antes de graduarse de médico y doctorarse en Ciencias Médicas en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y de complementar su carrera en el Instituto de Patología de la Universidad George Washington de Estados Unidos (EEUU), Carbonell estudió primaria en el Colegio La Salle de Caracas; luego, se graduó de Bachiller en Filosofía en el Colegio La Salle de Bogotá. Es decir, desde muy joven fue un abnegado “lasaliano”.
Su interés por la investigación científica lo concentró en áreas como la microscopía electrónica, anatomía patológica, histología e histoquímica. Sin embargo, “particularmente se dedicó al estudio del parásito causante de la miocarditis chagásica, primero en la Fundación Luis Roche y más tarde en el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas)”, precisó Bifano.
Tres años después de su fallecimiento, tanto su esposa Juli como su hijo Julio “quisieron mantener vivo su recuerdo, instituyendo un premio que llevara su nombre”. Para Bifano, esta decisión no fue casual. “La familia conocía de primera mano la inclinación de Luis Carbonell; podía decirse que era una mezcla de hombre de ciencia y político de la ciencia con alma de naturalista”.
Pareja hechizada por lo natural

Claudio Bifano, presidente de la Academia de Ciencias de América Latina
Carbonell firmó su pase a los textos de historia por haber sido el médico-jefe de la expedición franco-venezolana que fijó las fuentes del Orinoco en 1951, estableciendo las nacientes del río en la sierra Parima. Pero esa aventura “no fue la única demostración del interés de Luis por lo que concierne al uso y cuidado de la naturaleza”, acotó Bifano en su discurso. “Quería que se prestara más y mejor atención a las condiciones de vida de los pobladores de la región del Amazonas, que se hiciera un mejor uso de la flora y fauna autóctonas, que se cuidara a las especies en peligro de extinción y, para ello, siempre trató de involucrar a las empresas que explotaban valiosos recursos naturales al sur del país”.
En el libro El misterio de las fuentes, publicado en 2012 y reeditado en 2021, Juli narró los pormenores de esa proeza liderada por científicos, militares y exploradores y que muchos habían intentado desde el siglo XVI. “En Juli, una dama de particular sensibilidad por la flora y curiosidad por conocer de cerca las maravillas de la naturaleza, Luis encontró a la mejor aliada y cómplice de sus sueños. Lo que pudo ver en compañía de su esposo y el estupor que le causara la indomable fuerza de la naturaleza tropical, lo supo expresar como novelista”, aseguró Bifano.
A su criterio, esta pareja, “siempre hechizada por la grandeza del ambiente natural”, quiso remediar, “a través del aporte del conocimiento científico, los daños materiales y humanos que gente poco escrupulosa produce en su afanosa e irresponsable explotación de recursos mineros y madereros”.
La albacea
Julio vive en el extranjero, pero, “por fortuna, ha encontrado en su tía Mariela Salas, única hermana de Juli, a la persona que, dando muestras de una gran entereza y compromiso y amor familiar, ha asumido la tarea de continuar colaborando con la Academia para darle continuidad al Premio. La Academia y Mariela, que se ha convertido en albacea, serán garantes de que este siempre sea un símbolo del respeto que bien merece la enorme riqueza con que la naturaleza ha privilegiado a nuestro país”, relató Bifano.

Mariela Salas
Salas, una mujer relacionada con otras ciencias (las jurídicas), también tuvo unas palabras durante la entrega del Premio Luis y Juli Carbonell. Primero, admiró la “centenaria presencia en Venezuela de la Congregación de los Hermanos La Salle, activa apenas tres años antes de la creación de esta corporación, todos con muy elevado sentido de responsabilidad social y con la ciencia, su estudio, promoción, defensa y difusión”.
Posteriormente, se refirió a la labor del Museo, uno de los seis centros de investigación de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales. “Allí se estudian y conservan muestras paleontológicas y arqueológicas, así como de las ciencias, además de finas piezas funerarias de las primeras culturas existentes en territorio venezolano, conjuntamente con el esqueleto de megaterios, mastodontes, muelas de animales, fósiles marinos y un meteorito”, recordó Salas.
Un aliciente
Por su parte, el doctor Ramón Varela, director del MHNLS, aseguró que recibir este galardón constituye un “aliciente para seguir adelante en todos los aspectos del Museo”, que siempre ha estado activo.
En su alocución, Varela recordó que la institución nació como museo escolar, del que formaban parte algunos profesores y alumnos, entre los cuales se encontraba Luis Carbonell. “Tenía 16 años y estuvo relacionado por lo menos 12 años más mientras fue estudiante en la Facultad de Medicina de la UCV. Después siguió colaborando con el Hermano Ginés”.
Según Varela, no es extraño que en los colegios La Salle de todas partes del mundo se creen actividades extracátedra; unas asociadas a la música, otras a los deportes, “pero también a la ciencia”, dijo. Además, algunos de esos museos escolares “se desarrollan” más allá de los límites de la escuela. “El nuestro tuvo un crecimiento fulminante, en el sentido de que a los cinco años ya era considerado por los científicos y a los 10 años tenía tal nivel que recibió el Premio Nacional de Ciencia en 1954”.
Los primeros 40 años, el MHNLS se mantuvo “prácticamente a través de trabajo voluntario. No había empleados. El Museo, de cierta forma, lo llevaban los estudiantes de la universidad en aquel momento”, reveló Varela.
Futuro incierto

Ramón Varela, director del MHNLS
Hasta la fecha, el MHNLS ha realizado 590 expediciones en 270 localidades visitadas. Los estados más estudiados han sido Bolívar, La Guaira y Carabobo.
A pesar de estos logros a lo largo de 83 años, Varela admitió que “los museos de historia natural están un poco decaídos a nivel mundial. Creo que eso es, en parte, a que muchos profesionales se dedican a otro tipo de estudios. Hay una competencia enorme”.
Sobre la situación actual del MHNLS, precisó que “es bastante crítica porque hay menos personal, pero estoy seguro de que siempre va a haber el interés de gente joven que sí va a estar allí, aunque las condiciones no sean muy buenas”.
En la actualidad, el MHNLS cuenta con 11 colecciones biológicas (el herbario y 10 colecciones de animales); están repartidas en más de 120 000 muestras catalogadas. “Es la prueba de que determinadas especies existen y están en el país. No se pueden hacer estudios de biodiversidad sin el apoyo de los estudios detallados de cada una de las especies. Venezuela es uno de los países megadiversos, eso tiene un valor muy importante. Es patrimonio de la nación”, reconoció Varela.
La fórmula de la supervivencia
“Ha sido una escuela”, afirmó el doctor Óscar Lasso-Alcalá, curador de la colección de peces del MHNLS. “Tengo 35 años trabajando en el Museo, pero allí han dejado la vida numerosas generaciones”.
El investigador explicó que los miles de muestras conservadas “son patrimonio biológico de la nación y los ejemplares con los cuales han sido descritas las especies -muchos de nosotros somos taxónomos- son de referencia, denotan la historia del hombre sobre la Tierra. Tenemos muy buena representación de toda Venezuela y de muchísimos grupos”. En el caso específico de los peces, grupo del que es responsable, hay de agua dulce y marinos. “Tenemos representación del 80 % de las especies venezolanas”.
Lasso-Alcalá ha participado en más de 250 expediciones científicas, acumulando más de 1 200 días de trabajo de campo, “gracias a proyectos multidisciplinarios e interinstitucionales”.
Durante los últimos años se hicieron estudios de biodiversidad en cinco lugares de la Guayana y uno en los Andes con la organización ambiental estadounidense sin fines de lucro Conservation International. “Encontramos especies nuevas, muchas endémicas. Inclusive, incorporamos la parte antropológica, ya que logramos encontrar etnias indígenas en peligro de extinción. En varios de esos sitios propusimos áreas de conservación”, acotó. La estrategia colaborativa ha funcionado. “La fórmula que hemos seguido para poder sobrevivir es aliarnos con investigadores del exterior (Brasil, Europa, Estados Unidos y Centroamérica) que reconocen nuestro trabajo”.
Labor educativa

De derecha a izquierda: Óscar Lasso-Alcalá, curador de la colección de peces del MHNLS; Ramón Varela, director del MHNLS; y el Hermano Iñaki Seín
Si alguien recibió con alegría el Premio Luis y Juli Carbonell fue el Hermano Iñaki Seín, miembro del directorio de la Fundación La Salle. “Vimos que era un reconocimiento a la labor de tantos científicos, de tantos alumnos que se involucraron en este apasionante mundo de la biodiversidad. Un reconocimiento que agradecemos de corazón. Vemos reconocida una labor educativa que mereció la pena brindar”.
El Hermano Iñaki representa, a su vez, “al Hermano Ginés, quien dio rienda suelta a toda su creatividad, esa ansia de educar de manera integral a nuestros alumnos. De su inquietud surge la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle y comienza con la recolección de todos los elementos que hoy forman parte de nuestro Museo”.
En su opinión, “no son muchas las instituciones que se han dedicado con ahínco a esta labor. Creo que puede ser un incentivo para que muchos vayan imitando, apoyando, aportando para mantenerla, hacerla grande”.
Entre amigos
A la ceremonia de entrega del Premio Luis y Juli Carbonell 2023 también asistió la presidenta de la Academia Nacional de la Historia, doctora María Elena González. De igual forma, acudió la doctora Margarita Lampo, presidenta de la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Fudeci).
Asimismo, estuvieron presentes Alfredo Schael, vicepresidente de la Fundación Francisco Herrera Luque y presidente de la Fundación Museo del Transporte; la doctora Alicia Ponte Sucre, Individuo de Número (Electa, Sillón I) de la ACFIMAN y coordinadora de la Comisión de Premios de la ACFIMAN; y la doctora Alicia Villamizar, Individuo de Número (Sillón XVIII) de la ACFIMAN y miembro del jurado calificador del Premio.
El Museo está ubicado en la Avenida Boyacá de Caracas; concretamente, en el ala norte del Sótano 1 del edificio de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales. Conocerlo es posible sólo a través de visitas guiadas, previa cita. Contacto: ramon.varela@fundacionlasalle.org.ve.

De izquierda a derecha: Mariela Salas, Ismardo Bonalde, Ramón Varela, Alicia Ponte Sucre y Alicia Villamizar
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