aniversario

A los 107 años de la creación de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales

El doctor Claudio Bifano, Individuo de Número (Sillón IV), compartió algunas reflexiones sobre el rol que, a futuro, asumirá la ACFIMAN

Nuestra Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN) cumple este 19 de junio ciento siete años. No son muchas las instituciones en este país que pueden preciarse de tan larga existencia y de haber mantenido, aún con altibajos, una presencia activa en la vida nacional. La mejor manera de conmemorar esta fecha es dejando algunas reflexiones sobre el rol que, a futuro, asumirá la Academia.

Para ello, traigo el recuerdo de un interesante texto, escrito en 1995 por el académico, Dr. Ignacio Iribarren (Sillón XVII), del cual extraigo algunos párrafos.

“Para mantenerse ‘viva’ o, si se quiere, ‘importante’ una Academia tiene que hacerse sentir por la sociedad (…). La Academia importa si, y sólo si, su criterio interesa a la sociedad y a sus instituciones”. Y afirma que “sería un ejercicio ocioso, un ‘panteón simbólico’ si la Academia comprende un conjunto de personalidades eminentes y de méritos científicos admirables pero indiferentes a la institución. El ser miembro de la Academia, tal como se ha concebido y descrito, es ciertamente un honor inmenso, un reconocimiento excelso, pero debe entenderse como un honor obligante”.

Un honor, agregaría, que obliga a sus miembros a continuar prestando un servicio eficaz al país, haciendo uso de sus capacidades profesionales e intelectuales.

Estos párrafos traducen la intención de los fundadores de la Academia en el año de su creación, 1917, expresada en la Ley de Creación, al decir que la institución se creaba para que “las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales alcancen en el país el mayor desarrollo y adelanto a través de los aportes de Doctores en Ciencias Exactas o Ingenieros, Arquitectos, Naturalistas, Astrónomos y Químicos de reconocida competencia en el dominio de estas ciencias”.

Los fundadores no limitaron la contribución de los académicos al adelantamiento de las ciencias de su interés, fueron más allá al decir que es función de la Academia, “estudiar los mejores métodos para la enseñanza de las ciencias y sus aplicaciones y recomendar al Ejecutivo Federal las obras que juzgue puedan adoptarse como textos para la enseñanza de las respectivas ciencias, estudiar los asuntos de su competencia que el Ejecutivo Federal someta a su consideración y honrar la memoria de los hombres prominentes de la Republica que hayan prestado servicios notables en la creación y desenvolvimiento de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, en general”. Estos llamados fueron una invitación a dedicar talento y trabajo a la construcción del país que querían que fuese y así, atendiendo a las prioridades de aquel momento, la Academia y los Académicos se hicieron sentir por la sociedad.

En los tiempos que corren, la destrucción del país impone a la Academia, como institución formada por personas capaces de ofrecer opiniones ponderadas y proponer acciones sobre los destinos del país, asumir nuevos compromisos.

La demolición de la institucionalidad en nuestro país, la tergiversación del sentido y la importancia de la producción científica, el desmejoramiento progresivo de la educación superior, el envilecimiento de la educación primaria y secundaria, el derrumbe de la industria petrolera, las carencias en el área de la salud, la fragilidad del sistema alimentario y de sostenibilidad del ambiente son, entre otras muchas adversidades ocurridas en el último cuarto de siglo, realidades que deben ser revertidas para que el país pueda aspirar a un futuro mejor.

Opinar e involucrarse directamente en la discusión y sugerir vías de solución de los problemas que actualmente aquejan a la sociedad son los retos que la Academia y los Académicos tienen ante sí en estos momentos. En diversas oportunidades estos problemas y otros más han sido denunciados en comunicados y pronunciamientos públicos e inclusive en libros que se han publicado, pero para lograr que la Academia se haga sentir por la sociedad las denuncias deben ser acompañadas por acciones.

El deseo en estos momentos tan críticos que vive la sociedad es que, a través de la Academia, sus miembros, usando su talento, desarrollen acciones que muestren su compromiso de contribuir a la solución de problemas que afectan el desarrollo de la comunidad de la cual surgieron.

Dr. Claudio Bifano
Individuo de Número (Sillón IV)
ACFIMAN

Lecturas recomendadas