Costos de inacción climática podrían representar el 33 % del PIB de los países amazónicos

Académicos de la ACFIMAN participaron en el estudio elaborado por el PNUD y el gobierno de Brasil

De no hacer nada para mitigar y adaptarse al cambio climático, el aumento de las temperaturas, las alteraciones en los patrones de lluvia y los fenómenos meteorológicos extremos impactarán gravemente a los estados, departamentos y municipios amazónicos de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, tanto en el ámbito ambiental como en el socioeconómico. Según un estudio innovador, elaborado conjuntamente por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el gobierno de Brasil, la inacción costará entre el 14 % y el 33 % del producto interior bruto (PIB) combinado actual de dichos países (cerca de 2,8 billones de dólares estadounidenses) para el año 2070.

El pasado miércoles 19 de noviembre, durante la segunda semana de la Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Belém, el Ministerio de Gestión e Innovación en los Servicios Públicos de Brasil y el PNUD lanzaron el informe Costos de inacción ante el cambio climático en la cuenca del río Amazonas. Revisión sistemática de literatura académica. Entre los responsables de dicho documento (de 234 páginas) figuran dos Individuos de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN): los doctores Eduardo Buroz (Sillón V) en calidad de coordinador y Alicia Villamizar (Sillón XVIII) como especialista en cambio climático e impactos a la biodiversidad.

Realidad sudamericana

Durante la presentación del estudio, Francisco Gaetani, secretario extraordinario de Transformación del Estado del Ministerio de Gestión e Innovación en los Servicios Públicos, rechazó la idea de que la Amazonía es un asunto que le atañe únicamente o más directamente a Brasil. Al contrario, es “una realidad sudamericana que afecta a un número significativo de países, lo que la convierte en una conversación con perspectiva regional”, afirmó el economista brasileño en un boletín oficial del mencionado ente gubernamental.

La doctora Villamizar secunda esa opinión. “La Amazonía como bioma pertenece a la humanidad y, por tanto, es de interés de todas las naciones, pero su significado como territorio es –directamente– regional”, precisó.

La académica recordó que los países de Suramérica que comparten este “extenso, complejo y fascinante territorio han acordado algunas vías de cooperación regional amazónica que, a la luz del estudio que realizamos, pueden fortalecerse y ampliarse”. Aunque la noción de región es compartida y tiene asidero jurídico, un parlamento representativo y una cartera de proyectos, “su alcance es relativamente reducido y poco conocido, particularmente en los países con menor superficie amazónica, como Venezuela”.

Compromiso ético

Vista aérea de la selva amazónica, cerca de Manaus, Brasil, 2011 (Wikimedia/Neil Palmer)

Los hallazgos de esta revisión de literatura científica acerca de los costos de inacción ante los impactos del cambio climático en la cuenca del Amazonas “reconocen niveles diferenciales de atención regional a la problemática que requieren mayor apertura e inclusión, mayor preparación institucional, mejores estándares de gobernanza y, sobre todo, trabajar para lograr un financiamiento sostenible que apoye, tanto a escala país como a escala regional, las acciones propuestas que hemos identificado para aquellos aspectos que requieren atención inmediata”, dijo.

Para la doctora Villamizar, los costos de inacción pueden seguir acumulándose y superar en el corto plazo una barrera inescrutable, no solo para Brasil (el país con mayor territorio amazónico), sino para los países más pequeños de la cuenca. “A mi juicio, la perspectiva regional de la Amazonía existe y hay un gran potencial para fortalecerla. El cambio climático les ha revelado a los países amazónicos una oportunidad para seguir consolidando los intereses que los unen y, además, les reta a asumir un mayor compromiso ético, ineludible con la protección de este vasto y preciado territorio de incalculable valor para quienes vivimos en él y para el resto de la humanidad”.

Caso Venezuela

Con respecto a Venezuela, la académica de ACFIMAN señaló que la preparación de nuestro país para el cambio climático en la Amazonía “refleja un progreso fragmentado y persistentes deficiencias en materia de gobernanza, gestión de riesgos, sistemas fiscales y resiliencia comunitaria”.

En términos cuantitativos, refirió que las puntuaciones generales de Venezuela oscilan entre 0,9 para la eficacia de la gobernanza y 1,8 para la capacidad institucional, con marcos fiscales de 1,2, preparación para la financiación externa de 1,5 y resiliencia comunitaria de 1,5. A pesar de que las cifras muestran que el país cuenta con la infraestructura básica para la acción climática –una Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) actualizada, participación en la Organización del Tratado de Cooperación para la Amazonía (ACTO, por sus siglas en inglés) y nuevos proyectos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) para la Amazonía–, “la implementación y la ejecución siguen siendo deficientes en todo el territorio amazónico”, explicó. Por ejemplo, en la NDC de Venezuela para el año 2021, no se hizo mención a la región amazónica, indica el informe del PNUD.

No hacer cuesta

De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), los costos de inacción “se refieren a los impactos económicos, sociales y ambientales negativos que resultarían de no tomar medidas para abordar el cambio climático. Estos costos pueden incluir pérdidas de vidas humanas, daños a la infraestructura, pérdida de biodiversidad, aumento de los desastres naturales, entre otros efectos adversos” (Ranasinghe, Ruane, Vautard, & et al, 2021).

La metodología usada por el PNUD integró tecnologías de inteligencia artificial (IA) para realizar búsquedas científicas sistemáticas y análisis avanzados, garantizando “una evaluación robusta y eficiente de los costos de inacción, alineándose con las prioridades de promover enfoques innovadores y basados en evidencia”, dice el informe.

Impactos y costes

Entre los principales impactos identificados en el informe, destacan:

– Reducción del 7,9 % de las precipitaciones en la Amazonía occidental.
– Prolongación significativa de los períodos secos.
– Aumentos de hasta 3 °C en zonas deforestadas.
– Reducción de hasta un 22 % en el caudal de los ríos.
– Disminución del 10 % de la evapotranspiración (cuando parte del agua pasa a la atmósfera por evaporación directa del agua del suelo y por transpiración de las plantas) en zonas deforestadas.
– Se duplica el riesgo de incendio en la Amazonía oriental.

También se identificaron las principales categorías de costes:

– Biodiversidad y servicios ecosistémicos: entre 50 000 y 100 000 millones de dólares al año.
– Pérdida de carbono almacenado: entre 30 000 y 50 000 millones de dólares al año.
– Agricultura: entre 20 000 y 30 000 millones de dólares al año.
– Regulación hidrológica: entre 20 000 y 30 000 millones de dólares al año.
– Pérdida de productividad: entre 15 000 y 25 000 millones de dólares al año.
– Escenarios catastróficos: entre 100 000 y 200 000 millones de dólares al año.

¿Por qué la Amazonía?

El bosque amazónico es el bosque tropical más grande del mundo, cubriendo un área de aproximadamente 8,1 millones de kilómetros cuadrados, es decir, es “más grande que la suma de todos los demás bosques tropicales del mundo”, sostienen los expertos en el informe.

Tan grande es el bosque amazónico, que genera su propio clima a través de procesos a gran escala de evapotranspiración, condensación y precipitación, además de ayudar a regular el clima global al absorber dióxido de carbono de la atmósfera.

La cantidad de carbono que almacena la región amazónica en su biomasa viva y materia orgánica del suelo convierte a la selva amazónica “en un elemento central del ciclo global del carbono: cualquier perturbación, por pequeña que sea, puede producir repercusiones globales, tanto en el clima como en el sistema hidrológico de Sudamérica”.

En definitiva, una mayor amenaza climática para la Amazonía a futuro puede plantear “altos riesgos de cambios irreversibles con implicaciones regionales y globales”, insiste el informe.

Recomendaciones

Minería ilegal en Perú. 2017 (Wikimedia/Planet Labs, Inc.)

Los expertos proponen invertir en capacidad operativa y gestión de riesgos. ¿Cómo? Mejorando los sistemas de alerta temprana para sequías, inundaciones e incendios; aumentando la coordinación entre los organismos responsables de la protección del medio ambiente; y mejorando la estructuración de los planes de contingencia.

También sugieren reforzar la preparación fiscal y económica en los países de la cuenca amazónica, asignando presupuestos específicos para la agenda climática y el uso de incentivos fiscales que atraigan la inversión privada en prevención.

Actividades económicas

Asimismo, plantean acciones inmediatas, como reducir la deforestación a cero para 2030, restaurar los ecosistemas degradados a gran escala, fortalecer la gobernanza forestal y combatir la tala ilegal.

Según la ACTO, las actividades económicas en la cuenca están orientadas, principalmente, a la extracción de recursos naturales como materia prima. Estas actividades comprenden la minería, petróleo y gas, agricultura, ganadería, explotación del bosque natural y producción hidroenergética. Además, debe considerarse el impacto de la red vial que da soporte logístico a tales actividades. De igual forma, existen otras actividades económicas de mediana y pequeña escala, como el comercio, la construcción, la industria manufacturera, las actividades agropecuarias y el turismo.

Costos de inacción ante el cambio climático en la cuenca del río Amazonas. Revisión sistemática de literatura académica (PDF)

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