La bioética entra a la agenda de trabajo de ACFIMAN
Académicos conocieron la propuesta de la doctora Marisol Aguilera Meneses, profesora titular jubilada de la USB
“Todo arte y todo tipo de investigación, e igualmente todas las acciones, parecen tender a un bien; por eso se ha definido correctamente el bien como aquello hacia lo que tienden todas las cosas”. Más de 2300 años después de que Aristóteles, el autor de la cita, publicara su Ética nicomáquea, el concepto de ética ha sufrido variaciones. La acepción con la que más se familiariza la doctora Marisol Aguilera Meneses, profesora titular jubilada de la Universidad Simón Bolívar (USB), es con la del bioquímico estadounidense Van Rensselaer Potter, quien en su libro Global bioethics (1988) englobó en el término “bioética” a las ciencias naturales y sociales, definiéndola como “biología combinada con una variedad de conocimientos humanísticos para forjar una ciencia que establece un sistema de prioridades médicas y ambientales para una supervivencia aceptable”.
Invitada por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN), la doctora Aguilera comunicó a los académicos los alcances de una reunión virtual sostenida el pasado mes de septiembre con la Academia Franco-Latinoamericana de Bioética y Ética de las Ciencias en representación de la ACFIMAN. Ante todo, aclaró que la bioética, “si bien es una ética aplicada, tiene como principales participantes a los médicos y su tema fundamental sigue siendo la salud humana, olvidando un poco que, tal y como lo planteó Potter, va mucho más allá y abarca la salud de la biosfera”, afirmó desde el Palacio de las Academias la bióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Red multidisciplinaria
La doctora en Ecología Tropical de la Universidad de Los Andes (ULA) explicó que la Academia Franco-Latinoamericana de Bioética y Ética de las Ciencias cuenta con el respaldo de la Comisión Nacional Francesa para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Su objetivo es “ser una red de investigación multidisciplinaria y de intercambios abiertos a la cultura y a los retos del mundo contemporáneo”, dijo.
Esta academia franco-latina convocó a la ACFIMAN para dar a conocer el interés por determinados temas de investigación y la forma de participar en ellos, examinar la mejor manera de informar a los investigadores interesados los canales de financiación adecuados y organizar una amplia difusión sobre el asunto.
“La bioética tiene poco desarrollo en Venezuela en comparación con otros países de la región como Chile, México, Brasil, Colombia, Argentina, donde hay posgrados, revistas, encuentros anuales y una Comisión Nacional de Bioética”, sostuvo. “Tenemos el Centro Nacional de Bioética (Cenabi), adscrito a la Facultad de Medicina de la UCV, pero está muy relacionado con salud”.
Ejes

Además de considerar la educación como dimensión transversal y de estudiar las transformaciones sociales provocadas por la llamada revolución tecnocientífica, la Academia Franco-Latinoamericana de Bioética y Ética de las Ciencias clasifica sus líneas de trabajo en tres ejes temáticos:
– Eje 1: ética y prácticas profesionales ante el desarrollo científico y el uso de las nuevas tecnologías.
– Eje 2: justicia, ciudadanía y democracia (incluye los derechos humanos y la gobernanza en su sentido más amplio).
– Eje 3: ética y tecnociencia: abarca el desarrollo sostenible y la protección del ambiente (cambio climático, preservación de los ecosistemas y los océanos, lucha contra la contaminación marina y la deforestación).
Según la doctora Aguilera, expresidenta de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (AsoVAC), los países que hasta ahora han presentado proyectos son Argentina (inteligencia artificial y salud), Brasil (inteligencia artificial y sanidad), Chile (dilemas éticos de la inteligencia artificial), Ecuador (inteligencia artificial y neurociencia, y educación e inteligencia artificial), Francia (inteligencia artificial, conocimientos patrimoniales y medicina tradicional), México (neurociencia e inteligencia artificial) y Uruguay (investigación médica).
Hablan los académicos
Liliana López, presidenta de ACFIMAN
“La Academia debe comenzar a organizarse para trabajar en esta área. Desde la presidencia de la ACFIMAN propongo crear una Comisión Accidental en Bioética y Ética de las Ciencias con la asesoría de un grupo de expertos”.
Benjamín Scharifker, Individuo de Número (Sillón XIV)
“Además del Comité de Bioética, la USB creó la Oficina del Oidor Académico, que reporta al Consejo Directivo y cuyas funciones tienen que ver con asegurar que los procedimientos universitarios, tanto administrativos como de docencia e investigación, cumplan con determinadas normas éticas y mecanismos de resolución de conflictos. En la Universidad Metropolitana (Unimet) también tuvimos la oportunidad de instaurar la Comisión de Integridad Universitaria, con atribuciones parecidas a las del Oidor Académico. La ética es una dimensión muy importante y pienso que la ACFIMAN puede ser la punta de lanza”.
Jorge Baralt Torrijos, Miembro Correspondiente Nacional
“La inteligencia artificial es una pequeña arista de lo que es la tecnología de la información y el impacto que esta tiene en muchos ámbitos de la vida”.
Eduardo Buroz, Individuo de Número (Sillón V)
“El Colegio de Ingenieros de Venezuela y la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat tienen su propio código de ética, así que esta propuesta es bastante oportuna”.
Flor Pujol, Individuo de Número (Sillón XVI)
“El Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) tiene dos comisiones, una para animales de experimentación y otra para seres humanos. Además, ministerios como el de Ciencia y Tecnología tienen comités de bioética. Me sorprendió que la mayoría de los proyectos enviados a la Academia Franco-Latinoamericana de Bioética y Ética de las Ciencias fuesen de inteligencia artificial; es un tema emergente que va a plantear nuevos desafíos. Sería interesante hacer un censo en nuestras universidades y centros de investigación sobre la existencia de comisiones o comités de ética”.
Claudio Bifano, Individuo de Número (Sillón IV)
“Cuando nació la Comisión de Bioética del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), en muchas universidades, centros de investigación y organismos del Estado se crearon comisiones de bioética, y los proyectos tenían que pasar por esa comisión para recibir financiamiento. Tenemos experiencia, hay trabajo hecho, pero se ha ido perdiendo por falta de respaldo institucional. La ACFIMAN está capacitada para hacerse cargo o al menos para liderar un movimiento que agrupe las diferentes iniciativas”.





