Aciertos y desatinos de la COP30
“La brecha entre donde estamos y lo que la ciencia exige sigue siendo peligrosamente amplia”, declaró António Guterres, secretario general de la ONU
Lo que muchos esperaban no ocurrió: ninguno de los acuerdos alcanzados por las 195 Partes reunidas en la Conferencia de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) contempla un compromiso explícito de abandonar los combustibles fósiles, a pesar de ser señalados como la principal fuente de emisión de gases de efecto invernadero y, en consecuencia, responsables del calentamiento global o aumento de la temperatura atmosférica por causas antrópicas. “La decisión final enfatiza la solidaridad y la inversión, estableciendo objetivos financieros ambiciosos, pero excluyendo el lenguaje de la transición energética”, dijo la Organización de Naciones Unidas (ONU) en un boletín oficial.
Durante la cumbre climática celebrada del 10 al 21 de noviembre en Belém (Brasil), se aprobaron varios documentos, pero no hubo consenso con las Hojas de Ruta sobre bosques y clima y sobre combustibles fósiles. Según la ONU, la primera buscaba congregar a las Partes y actores interesados para detener y revertir la deforestación, mientras que la segunda pretendía abordar los desafíos fiscales, económicos y sociales de la transición energética, planteando vías que permitan bajo o cero niveles de emisiones de carbono en función de las circunstancias nacionales y regionales.

Plenaria de cierre de la COP30 (Ueslei Marcelino/COP30)
Para la doctora María Eugenia Grillet, Individuo de Número (Sillón X) de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN) y coordinadora del Programa Amazonía Venezolana de la corporación, lo acordado “busca fortalecer la resiliencia de los países vulnerables en materia de adaptación, financiación climática y protección de bosques”. Con respecto a los nuevos mecanismos de apoyo financiero, aclaró que no se definió el origen de los fondos para los países con menores recursos. Adicionalmente, “se anunció, aunque no quedó incluido en el texto final, que se impulsará un plan específico para frenar y revertir la deforestación”.
Paquete Belém
En total, el Paquete Belém contiene 29 decisiones, entre las cuales destaca movilizar 1,3 billones de dólares anuales para 2035 destinados a la acción climática (con los países desarrollados a la cabeza) y triplicar la financiación para la adaptación de aquí a 2035.
Decisión Mutirão
La Decisión Mutirão incluye dos mecanismos de implementación del Acuerdo de París, el tratado internacional sobre el cambio climático —jurídicamente vinculante— adoptado en la COP21 en diciembre de 2015, pero vigente desde noviembre de 2016, con el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de 2 °C, preferiblemente a 1,5 °C, en comparación con los niveles preindustriales. Dichos mecanismos, según el sitio web de la COP30, son:
– Acelerador Global de Implementación: iniciativa colaborativa y voluntaria lanzada bajo el liderazgo de las Presidencias de la COP30 y la COP31 para apoyar a los países en la implementación de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y los Planes Nacionales de Adaptación.
– Misión Belém para 1,5 °C: plataforma orientada a la acción que, bajo el liderazgo de las COP29 y COP31, impulsará una mayor ambición y cooperación internacional en mitigación, adaptación e inversión.
Agenda de Ação

La Agenda de Ação es considerada por la COP30 como “una brújula para la acción climática multisectorial, que reúne a ciudades, regiones, empresas, inversores, sociedad civil y naciones”.
Una de las iniciativas acordadas en este contexto fue el Plan de Acción de Salud de Belém, que contó con el respaldo de más de 30 países y 50 organizaciones, como la Coalición de Financiadores del Clima y la Salud, que aportó 300 millones de dólares para fortalecer los sistemas de salud, los hospitales, la vigilancia y la prevención de enfermedades resilientes al clima, especialmente en el Sur Global. “Los sistemas resilientes son capaces de adaptarse a olas de calor, inundaciones, brotes epidémicos y otros impactos. El objetivo es que los hospitales reduzcan sus propias emisiones y avancen hacia cero emisiones netas”, explicó la académica de la ACFIMAN.
Por primera vez, la COP incorporó la salud como eje transversal, “reconociendo que el cambio climático ya provoca una emergencia sanitaria mundial, con más de medio millón de muertes anuales por calor extremo y un aumento de enfermedades relacionadas con fenómenos climáticos”, señaló la doctora Grillet. En su opinión, se trata de un cambio de paradigma. “La salud dejó de ser un tema marginal para convertirse en un indicador central de la crisis climática. Esto es un punto positivo a resaltar”.
¿Qué ganó la Amazonía?
El bosque amazónico es el bosque tropical más grande del mundo, cubriendo un área de aproximadamente 8,1 millones de kilómetros cuadrados. Es el único bosque tropical que queda de ese tamaño y diversidad, afirma el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Este bioma es el hogar de al menos el 10 % de la biodiversidad conocida y sus ríos representan hasta el 16 % de la descarga fluvial total a los océanos del mundo.
“La Amazonía fue el centro simbólico y político de la cumbre, destacándose la participación inédita de los pueblos indígenas y las comunidades locales, que exigieron compromisos más firmes contra la deforestación y la explotación petrolera y minera en sus territorios”, recordó la experta.

Hubo iniciativas específicas, como el lanzamiento del Fondo Bosques Tropicales para Siempre, un instrumento financiero que introdujo un mecanismo inédito para proporcionar pagos de largo plazo —y basados en resultados— a países con bosques tropicales por su contribución a la conservación verificada de bosques en pie. El fondo “movilizó más de 6,7 billones de dólares en su primera fase, con el respaldo de 63 países, estableciendo una base de capital permanente para la protección de los bosques”, se lee en el sitio web de la trigésima cumbre climática.
Pese a los avances, la académica informó que el acuerdo final no incluyó un compromiso vinculante para frenar la deforestación amazónica. “Se limitó a mantener el marco del Acuerdo de París, sin nuevas metas específicas, lo que es preocupante, ya que los compromisos concretos para su protección siguen siendo insuficientes”.
Brecha “peligrosamente amplia”
Al término de la COP30, la ONU publicó una declaración en nombre de su secretario general António Guterres. Si bien aplaudió que “el multilateralismo está vivo y que las naciones aún pueden unirse para enfrentar los desafíos decisivos que ningún país puede resolver solo”, también lamentó la falta de acuerdo en puntos neurálgicos, como los combustibles fósiles.
“La brecha entre dónde estamos y lo que la ciencia exige sigue siendo peligrosamente amplia”, aseguró Guterres. “Entiendo que muchos pueden sentirse decepcionados, especialmente los jóvenes, los pueblos indígenas y aquellos que viven el caos climático”.

Ciudad de Belém no Pará (Rafa Neddermeyer(COP30)
El alto funcionario de Naciones Unidas insistió en que “nos estamos acercando a puntos de inflexión irreversibles. Mantenerse por debajo de 1,5 grados a finales de siglo debe seguir siendo la línea roja de la humanidad. Esto requiere reducciones profundas y rápidas de las emisiones, con planes claros y creíbles para abandonar los combustibles fósiles y avanzar hacia la energía limpia”.
Los científicos de Climate Action Tracker —instituto sin fines de lucro que lidera la investigación sobre ciencia y políticas climáticas en relación con el límite de 1,5 °C del Acuerdo de París— aún proyectan que el mundo se encamina a un calentamiento de más de 2,6 °C para el año 2100, puntualizó la doctora Grillet.





