Aniversario

La historia de la ACFIMAN también yace en criptas

Por su centésimo octavo cumpleaños, se desvelan algunos de los misterios del antiguo Convento de San Francisco

Hace ciento ocho años fue fundada la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN). El Congreso de los Estados Unidos de Venezuela publicó el decreto de Ley de Creación el 19 de junio de 1917, aunque los primeros Individuos de Número de la corporación fueron nombrados dieciséis años después, el 19 de junio de 1933.

El primer convento de la ciudad

Desde su origen, la ACFIMAN, al igual que las otras seis Academias Nacionales, ha tenido como sede principal el Palacio de las Academias, un edificio colonial con estilo neogótico levantado hoy en día sobre la avenida Universidad, entre las esquinas de San Francisco, La Bolsa, Mercaderes y Pajaritos. Sin embargo, cuando se construyó en 1575, no se llamaba así ni alojaba instituciones académicas: nació como el Convento de la Limpia e Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de Caracas, el primer convento de la ciudad, posteriormente dirigido por frailes franciscanos.

Asalto al Congreso

La Ley 2 de 1821, firmada por el Congreso de Cúcuta, ordenó suprimir los conventos con menos de ochos religiosos y reutilizar esos espacios para fines educativos y de beneficencia pública. Fue así como el Convento de San Francisco pasó a alojar a otras instituciones, como el Liceo Venezolano, el Colegio de la Independencia y la Universidad de Caracas. El Congreso Nacional también funcionó allí, siendo escenario de un acontecimiento decisivo para la política venezolana. En la sesión parlamentaria del 24 de enero de 1848, en lo que ahora es el Paraninfo del Palacio de las Academias, ocurrió una violenta revuelta entre la entrada de la plazoleta y el patio del antiguo convento. Los hechos provocaron la muerte de varias personas (incluidos algunos diputados) y múltiples heridos, además del quiebre definitivo entre los que apoyaban al presidente José Tadeo Monagas y los seguidores de José Antonio Páez, quien días después se alzó en armas contra el gobierno. El episodio se conoce como “el asalto al Congreso”, a pesar de que la multitud reunida en la calle jamás ingresó al segundo piso donde sesionaban los congresistas.

El antiguo convento se convirtió en el Palacio de las Academias en 1953, luego declarado Monumento Histórico Nacional e incorporado como Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación el 6 de abril de 1956, según la Gaceta Oficial n.° 25.020.

Pasadizo clausurado

Justamente al lado del Palacio de las Academias, frente a la emblemática y centenaria ceiba, persiste incólume la iglesia de San Francisco, erigida como anexo al convento en la década de 1590 y reconstruida y restaurada en diversas ocasiones y por diferentes motivos.

Pocos saben que entre la iglesia y el convento había un corredor, actualmente sellado con una pared, por el que iban y venían feligreses, maestros y alumnos. Según la investigadora de la Academia Nacional de la Historia (ANH) María del Consuelo Andara, dicha conexión entre el convento y la iglesia, clausurada posiblemente a finales del siglo XIX, se encontraba en el actual claustro norte del palacio, correspondiente al patio José María Vargas, exactamente en la quinta arcada (de izquierda a derecha) de la pared divisoria con la iglesia, frente a la estatua de Vargas. Del lado de la iglesia, el pasadizo fue cerrado con una gran puerta de madera, cubierta por una cortina de color borgoña delante de la cual reposa una imagen del beato José Gregorio Hernández, cuya canonización fue fijada para el 19 de octubre de 2025.

 

Cripta musealizada

Pero la anécdota continúa. Debajo del templo colindante con el Palacio de las Academias yacen restos humanos de religiosos, pobladores y conquistadores de la Caracas colonial, en lo que se denominan criptas, es decir, lugares subterráneos donde se acostumbraba enterrar a los muertos, por lo general dentro de cementerios y sitios eclesiásticos.

Una de las criptas (se cree que son al menos tres) fue musealizada después de 2014 con caminerías, escaleras, baldosas de arcillas y deshumificadores, a fin de recibir visitantes. En su interior hay varias tumbas, incrustadas en fila en el interior de las paredes. Una de ellas tiene escrito el nombre “José María Barroeta” y la fecha “17 de mayo de 1853” sobre una placa de mármol. En otro sepulcro más modesto aparece la inscripción “agosto 5 1794”. Varias osamentas, incluyendo cráneos casi intactos, están apenas cubiertas por vidrio templado, a la vista del público. Las visitas guiadas deben concertarse a través del número telefónico (0416) 530 53 23.

Única fachada para cuatro edificios

En total, cuatro edificios componen el ala norte de la manzana de San Francisco: a) actual iglesia de San Francisco, b) actual Palacio de las Academias, c) antiguo Museo Nacional/Observatorio Astronómico/Biblioteca Nacional y d) antiguo Palacio del Centenario/Corte Suprema de Justicia. Todos comparten la misma fachada neogótica, reformada durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco para conmemorar el centenario del natalicio del Libertador Simón Bolívar (1883). La obra fue realizada por el arquitecto Juan Hurtado Manrique, artífice de las fachadas de las iglesias de Nuestra Señora de Las Mercedes, Nuestra Señora de Lourdes y del Perpetuo Socorro de Pagüita y de la de capilla de El Calvario, entre otros proyectos.

Juntos, los edificios suman 450 años de tradición, de los cuales la ACFIMAN ha sido parte fundamental durante 108 años en lo que respecta a la promoción de las ciencias físicas, matemáticas y naturales, la educación y la preservación de la memoria histórica, bases del progreso de una nación.

Fuentes:

– Archivo de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN).
– Castillo, Rafael E. “Atentado al Congreso”. BiblioFEP.
– González Viso, Iván (2025). “Vale la pena conocer” (La manzana de San Francisco: un palimpsesto urbano en el corazón de Caracas). Fundación Arquitectura y Ciudad.
– María del Consuelo Andara, investigadora y editora de la Academia Nacional de la Historia (ANH).

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