Reporte cambio climático
Situación de cuenca del lago de Valencia revela crisis ambiental nacional
La Cuenca del Lago de Valencia (CLV) es uno de los ejemplos más reveladores de una crisis ambiental a nivel nacional, y su situación actual tiene manifestaciones directas en los ecosistemas y en la salud y bienes patrimoniales de más de cuatro millones de habitantes asentados en la cuenca.
A pesar que desde 1979 fue declarada “área crítica con prioridad de tratamiento”, desde entonces la situación en la CLV se ha seguido deteriorando producto de la débil institucionalidad ambiental que es común en todo el país, una ocupación del territorio con poca sujeción al marco jurídico ambiental existente, una débil vigilancia, monitoreo y contraloría ambiental.
Estas consideraciones están recogidas en el reporte Compromisos de Venezuela con el Convenio de París (Parte I), documento en el que se argumenta que “el agua es el gran indicador de la crisis ambiental de la CLV”, no solo por el déficit y el deterioro de su calidad en los principales reservorios, sino por el exceso, reflejado en el sostenido aumento del lago de Valencia.
La CLV es uno de los cinco casos emblemáticos sobre la situación ambiental de Venezuela y sus implicaciones para el problema del cambio climático en el país que se analizan en el reporte, elaborado por la Secretaría Académica de Cambio Climático (SACC) de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN), en colaboración con expertos investigadores nacionales de universidades y centros de investigación nacionales.
Algunas decisiones gubernamentales han empeorado la situación de la calidad del agua del lago de Valencia en los últimos quince años, debido a que se implementaron soluciones de emergencia sin contar con estudios de impacto ambiental, a que no se realizan tratamientos adecuados en las diferentes plantas ni se lleva a cabo el mantenimiento preventivo de las instalaciones y equipos de las plantas de tratamiento ubicadas en la CLV.
La mala calidad del agua tiene un impacto grave en la salud de los habitantes de los estados Aragua y Carabobo, donde se han registrado los mayores repuntes de diarrea y escabiosis.
Las consecuencias del aumento del nivel del lago se han expresado en la infraestructura de producción agrícola, con galpones, pozos, tendidos eléctricos sumergidos; y en la inundación de emplazamientos urbanos, infraestructura de distribución eléctrica, vial e hidráulica (pozos y estaciones de bombeo).
La crisis ambiental de la CLV se expresa también en el sostenido proceso de deforestación que por más de 50 años ha degradado los hábitats de vida silvestre, afectando a la biodiversidad, reducido el secuestro de CO2 y favorecido las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo que aconsejan los expertos
Las recomendaciones del reporte apuntan a fomentar la negociación de actores públicos y privados para asegurar que no se intensifiquen los problemas ambientales, particularmente los vinculados al uso de la tierra en la cuenca.
Otra recomendación, con carácter urgente, es estabilizar el incremento del nivel del lago de Valencia, evaluando la factibilidad económica, ingenieril y socioambiental para hacerlo, a fin de evacuar los excesos de agua y recuperar las áreas e instalaciones inundadas.
Asimismo, el reporte recomienda formular una política de saneamiento integral de los embalses de la CLV, sus tributarios y el propio lago, y revisar el marco normativo, actualizar e instrumentar los planes de ordenación territorial con el fin de limitar la expansión urbana.