Por ACFIMAN
13 de agosto de 2023
Temas claves
PREMIOS ACADEMIA
Dos botánicos reciben el Premio Dr. Juan Alberto Olivares 2023
Miriam Díaz preside el Instituto Falconiano para la Investigación, Conservación y Desarrollo Sostenible de las Zonas Áridas y Costeras, mientras que Nelson Ramírez es jefe del Laboratorio de Biología Reproductiva de Angiospermas del Centro de Botánica Tropical de la UCV
Ella reside en la semiárida ciudad de Coro, la capital del estado Falcón, y él vive en las cálidas y boscosas Colinas de Bello Monte en Caracas, pero ambos comparten una pasión, que convirtieron en profesión y oficio de por vida: el estudio de la estructura, las propiedades y los procesos bioquímicos de las plantas, mejor conocido como botánica. Y ha sido precisamente esta rama de la biología la cómplice para que los doctores Miriam Díaz y Nelson Ramírez sumen un nuevo elemento en común: el Premio Dr. Juan Alberto Olivares 2023.
Otorgado por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (ACFIMAN) y patrocinado por la Fundación Dr. Juan Alberto Olivares, es el premio más antiguo de la corporación, con 26 años de historia. “Esta actividad es bastante especial. Es una forma de encontrarnos con la sociedad científica y académica. Es una forma también de celebrar a quienes hacen ciencia en nuestro país y celebrar la ciencia propiamente”, aseguró el doctor Ismardo Bonalde, presidente de la ACFIMAN, durante la ceremonia desde el Palacio de las Academias.
Además de puntualizar que “las bondades de la ciencia son inmensas y están ante nuestros ojos, aunque seamos ciegos”, Bonalde resaltó una coincidencia sobre el Premio. Este año correspondió al área de botánica, muy afín a la Amazonía, por cuya conservación y protección se realizó la Cumbre de Presidentes de los Estados Amazónicos del 8 al 9 de agosto en Belém do Pará, Brasil, con los mandatarios o representantes de los ocho países de la Amazonía (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela).

Ismardo Bonalde, presidente de la ACFIMAN
Abreboca de una emotiva premiación
Orígenes
La doctora, recordó que, como médico y farmacéutico, el doctor Juan Alberto Olivares “hizo interesantes incursiones en el uso de productos naturales, con más de 70 fórmulas para atender a sus pacientes pobres”.
El impacto de su labor fue de tal alcance, que la primera escuela de enfermeras de Barquisimeto, surgida en 1949 -un año después de su fallecimiento-, llevó su nombre: Escuela Nacional de Enfermeras Doctor Juan Alberto Olivares.
“El doctor Olivares fue uno de esos venezolanos que contribuyó con el desarrollo de la medicina, la botánica y la farmacia en nuestro país”, dijo López.
Asimismo, explicó que fue Alberto Olivares, hijo del doctor Juan Alberto Olivares, quien impulsó la creación de la Fundación como un homenaje a su padre, hecho que se materializó en 1969.

Liliana López, primera vicepresidenta de la ACFIMAN
Simbolismo
La Fundación Dr. Juan Alberto Olivares está dirigida por sus nietos, en particular por Norma Olivares (directora) y Selma Olivares (subdirectora).
Selma es de las que piensa que “la naturaleza ha producido siempre fascinación y una curiosidad que en el tiempo ha llevado a la investigación. Requiere paciencia, de mucho tiempo y el apuro no es su aliado”.

Selma Olivares, subdirectora de la Fundación Dr. Juan Alberto Olivares
Para ella, lo más desafiante y apasionante de la investigación “es que es casi infinita, ya sea por la amplitud de los temas que abarca o por la profundización que permite cada aspecto estudiado. Son capas y capas de conocimientos que nunca terminan”.
De su abuelo evocó la vez que se dejó picar por abejas para conocer los efectos de unas plantas medicinales. “Es un hecho sencillo, pero dice mucho de su interés por la botánica y de su intención de ofrecer soluciones que pudieran llegar fácilmente a gente pobre, que era su primera preocupación”.
Citando a la doctora Helga Lindorf, ganadora del Premio Dr. Juan Alberto Olivares 2007, también en botánica, Selma mencionó que sólo se conoce el 25 % de las plantas vasculares venezolanas. “Este 25 % es una muy buena noticia, queda muchísimo por hacer y conocer”.
En su alocución, lanzó un llamamiento a los “grandes patrocinantes”. “Nosotros como Fundación sólo hacemos un gesto simbólico para demostrarles nuestra admiración. Detrás de este Premio hay un trabajo de reconocimiento y búsqueda personal e institucional que llevó a cabo esta Academia”, afirmó Selma Olivares.
El significado
En el doctor Jafet Nassar, investigador titular del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), recayó la tarea de presentar las semblanzas de los galardonados. “Tuve la oportunidad de compartir con ellos, de primera mano, haciendo investigación y conservación”, admitió.

Jafet Nassar, investigador titular del IVIC
Ramírez fue el tutor de su tesis de pregrado “y, por tanto, uno de mis padres académicos”, comentó Nassar. “Con él aprendí a estudiar las fascinantes historias de amor entre las plantas con flores y sus polinizadores”.
Sobre Díaz, hizo referencia a una iniciativa conjunta para la conservación del sistema cavernario de la península de Paraguaná. Dicha experiencia “me enseñó a conjugar el trabajo de conservación con la generación de soluciones a la problemática socioeconómica de pequeñas comunidades humanas que hacen vida en lugares apartados de nuestra geografía”.
En opinión de Nassar, el Premio Dr. Juan Alberto Olivares “confirma que la comunidad científica nacional está consciente y aplaude la labor de la doctora Díaz y del doctor Ramírez como generadores de conocimientos y formadores de la nueva generación de profesionales en el ámbito de la botánica y sus disciplinas en Venezuela”.
Miriam Díaz, guardiana del Agave cocui

Miriam Díaz, profesora titular emérita de la Unefm y ganadora del Premio Dr. Juan Alberto Olivares 2023
Si a alguien le debemos la primera bebida venezolana con Denominación de Origen Controlada (que reconoce que su calidad y características constantes se deben a una región geográfica específica) es a la doctora Miriam Díaz. Ella coordinó el comité científico y fue autora del documento de solicitud de dicha distinción para el cocuy pecayero, emitida por el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI) en 2001 y ratificada en 2016. También fue miembro del comité de redacción de la Norma Venezolana COVENIN 3662:2001.
El cocuy de penca es un licor artesanal producido en la parroquia Pecaya del municipio Sucre del estado Falcón a partir de la planta Agave cocui. Pese a tener similitudes con el mezcal, el tequila y la raicilla de México, su aroma, composición de alcoholes superiores y forma de elaboración -manual y orgánica- convirtieron al Agave cocui en patrimonio natural, cultural y ancestral de Venezuela.
Además, Díaz fue miembro del comité técnico de la comisión nacional para la promulgación de la Ley para la Protección y Promoción de la Producción del Agave Cocui, del Cocuy y sus Derivados Artesanales, aprobada en Gaceta Oficial N° 6.742 el 14 de marzo de 2023. Desde el 2008, es coordinadora de la Unidad Piloto para la Producción de Bebidas Artesanales de Agave de Pecaya, laboratorio adscrito a la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm).
De Falcón para el mundo
Pero a Coro no se mudó muy contenta. Dejó El Hatillo llorando. “De esa tristeza con la que me fui para allá nació mi amor por retar paradigmas y dogmas”, reconoció durante la ceremonia en la ACFIMAN.
El Agave cocui tampoco ha sido el único interés de esta botánica. Sus áreas de especialidad abarcan la restauración de ecosistemas tropicales; la ecología, conservación y ecofisiología de plantas nativas y de cultivos alternativos de zonas áridas, el desarrollo sostenible, el combate a la desertificación y la adaptación al cambio climático. De allí que participara en la transformación de la Reserva Biológica Montecano (de la que fue directora entre 1996 y 2018) a Monumento Natural Montecano (2015-2019), ubicado en la península de Paraguaná; y fuese miembro del comité científico asesor de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra de la Desertificación (2011-2015).
“El primer gran reto que tuve fue demostrar que los cactus tienen espinas no para defenderse de los herbívoros, eso es mentira. Se defienden porque las tienen, pero su gran papel es ser evaporadores de agua, enfriadores”, explicó Díaz desde el Palacio de las Academias.
“El segundo gran reto -continuó- fue demostrar que las plantas no tienen raíces profundas en las zonas áridas; hay árboles que son capaces de tomar agua por las hojas. Me costó 20 años de mi vida demostrar que hay árboles capaces de captar agua de las hojas y que son capaces de aprovechar las lluvias efímeras para su reproducción”.
También descubrió que el Agave cocui es más que una planta para fabricar licor. La gente la usa para hacer hamacas y comerse las flores.
Volver a las raíces
En el ámbito internacional, se destacó como directora científica del grupo de investigación para estudiar la muerte masiva de árboles de watapana (Caesalpinia coriaria) en Bonaire (Antillas Neerlandesas, 1990). También fue asesora de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS) -antigua Academia de Ciencias del Tercer Mundo- para el establecimiento de una red de organizaciones científicas en los países en vías de desarrollo (1988-1989). Igualmente, se desempeñó como asesora de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) en materia de cambio climático global (1989-1991). Además, fue asesora técnica para el Programa Regional sobre el Combate a la Desertificación, desarrollado por el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables de Venezuela y Naciones Unidas.
“La lucha contra la desertificación no es más que volver a las raíces, entender los ecosistemas nativos. No es fácil, hasta una caída de un árbol de 15 metros tuve midiendo fotosíntesis”, sostuvo Díaz.
Asimismo, fue representante de Latinoamérica en el comité directivo de la Organización para las Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD) con sede en Italia (2012-2017), de la que fue miembro fundadora en 1987.
“Toda mi familia siempre apoyó los sueños de esta retadora de dogmas. Mi papá no quería que las mujeres estudiaran, pero aquí estamos demostrando que sí”, afirmó Díaz.
Carrera y premios
En cuanto a su formación académica, Díaz cursó el Bachelor of Sciences in Botany en la University of Florida (Gainesville, 1975 – 1979) gracias a una beca de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho). Posteriormente, regresó a Venezuela y estudió la maestría en Biología – Mención Ecología en el IVIC (1984). Su doctorado en Ecología Tropical lo completó en la Universidad de Cambridge (Inglaterra, 1999). Finalmente, en 2001, volvió a EEUU para realizar una estancia de un año en la Universidad de Harvard como investigadora visitante.
Díaz ha sido reconocida en varias ocasiones. En 2021, la seleccionaron entre las cien mujeres más influyentes en el desarrollo sostenible de Venezuela por Impact Hub Caracas y la Embajada de Holanda. Dos años antes, en 2019, recibió la Orden 21 de Julio de manos del Consejo de Profesores Jubilados de la Universidad Politécnica Territorial de Falcón Alonso Gamero. En 2006, ganó el Premio Regional de Ciencia y Tecnología; en 2005, la Presidencia de la República de Venezuela le otorgó la Orden al Mérito de Trabajo; y en 1990, otra vez fue distinguida por la Presidencia, entregándole la Orden Francisco de Miranda en su Segunda Clase.
Docencia, publicaciones y estatus actual
En el ámbito docente, sobresale su continua formación de talento humano en tercer y cuarto nivel en ciencias biológicas y agronomía por más de 40 años. En ese lapso, ha dictado materias y cursos en disciplinas y temas como la ecología, fisiología vegetal, métodos avanzados de fotosíntesis, diseño de sistemas agroforestales en zonas áridas tropicales, ecofisiología de cultivos alternativos y metabolismo de carbono.
Cuenta con 40 publicaciones nacionales e internacionales. Sus estudios más citados son aquellos que aportan evidencia sobre las adaptaciones de las plantas a ambientes secos en el trópico y su aplicación agrícola; la capacidad de absorción de agua a través de las hojas de algunas especies arbóreas; y el beneficio de la sombra en la fotosíntesis como estrategia de adaptación al cambio climático y la desertificación, entre otros.
Actualmente, es profesora titular emérita de la Unefm, investigadora del Centro de Investigaciones en Ecología y Zonas Áridas (Cieza) de la Unefm-Coro, y presidenta del Instituto Falconiano para la Investigación, Conservación y Desarrollo Sostenible de las Zonas Áridas y Costeras (Infalcosta). Cabe destacar que Infalcosta celebró este año su vigésimo sexto aniversario y logró su acreditación en la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación.
Paradigma roto
Gracias al financiamiento obtenido del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, perteneciente al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, hoy en día ejecuta el proyecto de Infalcosta “Restauración, valoración y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales del bosque xerofítico para la creación de medios de vida alternativos, mecanismos de mitigación de la sequía y adaptación al cambio climático en la comunidad de Montecano, San José de Cocodite, estado Falcón”.
Algo que llena de orgullo a Díaz fue comprobar con sus propias manos que “sí se podía hacer investigación en el interior del país, otro paradigma roto. Estar en los sitios pequeños es más difícil, es un tremendo reto”.
Nelson Ramírez, de cabeza en la investigación

Nelson Ramírez, investigador y docente del Instituto de Biología Experimental de la UCV y ganador del Premio Dr. Juan Alberto Olivares 2023
Cuarenta y cinco páginas de curriculum vitae denotan la dedicación casi exclusiva del doctor Nelson Ramírez a la investigación científica y docencia universitaria. A pesar de haberse jubilado hace 20 años, se mantiene activo, realizando investigación y docencia a nivel de posgrado, con varios artículos en proceso de publicación y otros más en fase de preparación.
Ramírez es biólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1978 gracias a una beca del Ministerio de Minas e Hidrocarburos y se convirtió en profesor instructor en 1979 en la misma escuela que lo formó.
Con una beca-sueldo del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH-UCV) obtuvo su doctorado en Botánica en la UCV en 1991. Ese mismo año, ganó una beca del Missouri Botanical Garden en EEUU.
“Recuerdo a mi madre repetir una y otra vez que estudiar era la verdadera fortuna y este debería ser el mensaje permanente para todos los jóvenes de Venezuela”, reflexionó en la ceremonia del Premio Dr. Juan Alberto Olivares 2023.
Desde 1984 es miembro de la Sociedad Botánica de América (1984) y la Asociación de Biología Tropical, ambas de EEUU. También pertenece a la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales (1982), el Colegio de Egresados en Ciencias (1979), la Sociedad Venezolana de Ecología (1988) y la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU-UCV, 1994).
Mostrando lo que sabe hacer
Ramírez ha sido docente universitario por más de 40 años, dictando materias y cursos en biología vegetal, taxonomía de plantas superiores, ecología vegetal, interacciones bióticas en las montañas, entre muchísimos otros temas.
Para este botánico, “convertir mi casa de estudios en mi sitio de trabajo me hizo entender que mi desempeño en la docencia y la investigación sería parte de la retribución a mi preciada UCV”.
Su asistencia a congresos comenzó cuando recibió su título de licenciado, sumando más de cien. Además, ha sido invitado a más de 30 conferencias nacionales e internacionales.
En cuanto a publicaciones, tiene 135 contribuciones nacionales e internacionales.
La primera publicación en la que apareció como coautor data de 1983 y corresponde al artículo de Biotropica titulado “Reproductive biology of Palicourea fendleri and P. petiolaris (Rubiaceae), heterostylous shrubs of a tropical cloud forest in Venezuela”. La más reciente fue “RecruitNet: a global database of plant recruitment networks”, publicada por Ecological Society of America en 2022.
El foco de todo lo aprehendido
Los llanos centrales, la región costera y la alta Guayana han sido sus principales escenarios geográficos para hacer investigación.
Sus estudios más influyentes se relacionan con la ecología y la evolución de las estrategias reproductivas de plantas angiospermas a nivel comunitario que, de acuerdo con Nassar, constituyen referencias mundiales para las regiones tropicales. Se pueden mencionar, por ejemplo, la biología reproductiva de comunidades de plantas de los llanos centrales, sabanas de la alta Guayana, bosques nublados, morichales, matorrales xerófilos, humedales, bosques inundables, uso de especies autóctonas de la Gran Sabana para la recuperación de áreas degradadas y consecuencias del cambio global en las interacciones bióticas en las plantas de ecosistemas de montaña.
En el ámbito internacional, destaca su rol de comisionado en la International Commission On Tropical Biology And Natural Resources (UNESCO-EOLSS) en 2006. UNESCO-EOLSS es un compendio integrado de 21 enciclopedias que abarcan una gran cantidad de temas disciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios.
Entre los reconocimientos recibidos por Ramírez figuran el Premio Antonio José de Sucre de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (1992), el Premio Francisco de Venanzi a la Trayectoria del Investigador Universitario de la UCV (1994) y la Orden José María Vargas en su Primera Clase, también de la UCV (2002).
Orgullo y responsabilidad
“Acumular suficientes méritos académicos y científicos que conlleven al reconocimiento por nuestros pares sólo puede ser alcanzado con el apoyo de instituciones y personas. Nadie puede lograr importantes contribuciones a la ciencia con un único esfuerzo”, aseguró.
En la actualidad, es jefe del Laboratorio de Biología Reproductiva de Angiospermas del Centro de Botánica Tropical -adscrito al Instituto de Biología Experimental- de la UCV, ubicado en la urbanización Colinas de Bello Monte en Caracas. De este centro fue coordinador entre 1993 y 1995.
Ganar el Premio Dr. Juan Alberto Olivares es, para Ramírez, “un verdadero orgullo. Es una gran responsabilidad recibir este galardón que reconoce los logros originales y sobresalientes de la investigación científica”.
Acerca del Premio Dr. Juan Alberto Olivares
Juan Alberto Olivares (1861-1948) fue un médico y farmacéutico larense que ejerció su profesión principalmente en Barquisimeto y Maracay. Por su carácter humanitario, era conocido como “el médico de los pobres”.
Para conservar su memoria y legado, sus hijos crearon en 1969 la Fundación Dr. Juan Alberto Olivares. Dos de los premios que patrocina esta Fundación están vinculados con las Academias venezolanas. A saber: el reconocimiento a la investigación en las áreas médicas, gracias a un convenio con la Academia Nacional de Medicina; y en las áreas de ciencias, mediante un acuerdo suscrito con la ACFIMAN.

Juan Alberto Olivares (1861-1948)
El Premio Dr. Juan Alberto Olivares de la ACFIMAN se instauró en 1997. Se otorga anualmente a científicos venezolanos o extranjeros que hayan realizado la mayor parte de su carrera profesional en el país. A los galardonados se les honran sus logros originales y sobresalientes, tomando en consideración su importancia, significación y proyección, así como en el mejor conocimiento de las ciencias o del bienestar universal.
Se confiere en las áreas de Química, Zoología, Botánica, Ciencias de la Tierra, Física y Matemáticas (en este orden una vez al año). La ceremonia se realiza en una sesión especial de la corporación en una fecha cercana al natalicio del doctor Olivares (7 de agosto).
Los miembros del jurado calificador de 2023 fueron Liliana López (académica-coordinadora), Jafet Nassar y Gustavo Fermín (Instituto Jardín Botánico de Mérida y Universidad de Los Andes).
La Comisión de Premios de la ACFIMAN la conforman las doctoras Alicia Ponte Sucre (coordinadora), Flor Pujol y Mireya Goldwasser.